San Antonio visita el hospital

Aquella mañana, Antonio se sentía como un extraño en la calle. Hacía frío. La lluvia que caía iba haciendo barro entre sus manos. Antonio se caló el capucho.

San Antonio visita el hospital

Cuando vio su figura en uno de los regatos se rió de sí mismo porque semejaba un fantasma saltando baches. Al llegar a la escalera del hospital se quitó las sandalias, las golpeó contra el suelo para quitarles el barro y volvió a colocarlas en sus pies fríos y desnudos.

-”¡Buenos días!”. Le saludó la recepcionista del hospital. ¿Es usted el capellán?...
-”No. Pero quiero ver a mis hermanos, los enfermos
”.

Y le abrió la puerta que da a la sala de los enfermos de cáncer. Antonio, casi con reverencia, iba cogiendo entre sus manos las manos de sus hermanos enfermos. 
Lo miraban como se mira a alguien que se quiere llevar el dolor de aquella sala. Unos le sonreían. Otros le decían: “¡Gracias!”. Y llegó ante la figura de un hombre esquelético, con barba, sentado sobre la cama.

Antonio puso su mano en la frente débil y con fiebre de aquel hombre. El enfermo levantó los ojos hacia los de Antonio y le dijo:
-”¡Yo a usted le conozco..! ¡Yo he escrito contra usted y los suyos! ¡Llevo seis meses en este hospital y me estoy muriendo..!”.
-”¡Cálmate, hijo!”.
Le habló Antonio. Y volvió a poner su mano en la frente de aquel hombre.
De pronto, aquel enfermo se levantó. Agarrando la mano de Antonio le dijo:
-“¡Me voy con usted.!”.
-¿Dónde?
-¡Donde usted vaya! El dolor me ha enseñado que solo los que aman van a visitar a los que sufren.

Se levantó, se vistió y se fue a recepción.,
- “Señorita, mañana vengo por el alta. Yo estoy curado”.
-¡Oiga..., pero..!

Y por la escalera donde aún quedaba el barro de las sandalias del Santo…., bajaron los dos -bajo la lluvia-  hacia una vida distinta para aquel hombre con cáncer que  había dicho:
-“Me estoy muriendo”. 

José Martínez de la Torre, OFMCap

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